Hablar de prudencia es hablar de Toni Rojas. Quizá su
prematura madurez le implantó esta virtud en sus genes. Y es que este extremeño
empezó a sufrir la cara amarga de la vida a la temprana edad de 8 años, en la
plenitud de su infancia, cuando su familia,
como tantas en aquella época, emigró hacia Cataluña persiguiendo la fortuna que
la incertidumbre de la climatología y la pobreza les había negado. Para él,
como muchos de sus hermanos, supuso un exilio y sobre todo, abandonar Calzadilla
de los Barros, un modesto pueblo en el sur de Badajoz que comprende un pequeño
espacio en la geografía española pero que tiene reservado un gran hueco en su
corazón. Aún se traslada emocionado a esos tiempos cuando ve proyectada su
niñez en el infinito horizonte del paisaje extremeño cuando tiene oportunidad
de escaparse a su tierra.
Hoy en Toni Rojas, ‘Toñín’ para los suyos, se sigue
personificando la figura del hombre prudente, pero no sólo en su discurso, esta
seña de identidad se expande también hasta su vida profesional. Es
pluriempleado y en cada uno de sus trabajos desarrolla una importante tasca
contra dos tipos de crisis patentes en nuestros días. En un colegio de
Barcelona trata como maestro de blindar a sus alumnos contra la crisis de valores
existente. En la empresa Eléctrica Industrial Canyameras de Sentmenat su jefe
pone el talante y la imaginación, él, el estricto control de las cuentas.
Necesario para sobrevivir al monstruo del paro.
Con la misma entrega con la que desempeña su vocación de
enseñanza y la idéntica disciplina que ejerce de contable, juega al tenis. Ello, junto
con el espíritu luchador adqurirido desde pequeño, han esculpido un deportista
que muy difícilmente desiste de su propósito. Rojas no tiene un físico
imponente, roza el 1,70 m, ni tampoco tiene la mejor mano. Su mejor golpe es la
constancia. Eso le convierte en un jugador temido por cualquiera de los que
disputan el ránking del Club de Tenis de Castellar del Vallès. La pasada temporada tan
sólo un jugador le superó en esa clasificación.
Sin embargo, importantes cambios en la organización del evento le han hecho replantear dejar la competición. Pero Toni es un hombre de
retos y ya ha encontrado uno. El campeonato de pádel de Polinyà será el nuevo
desafío con el que se codeará junto con su hermano Luis Miguel. Dará guerra,
seguro.
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