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PUEBLO NUEVO 2-1 SENTMENAT
Un digno Sentmenat muere en la orilla
· Los
azulgrana rozan el empate tras ir perdiendo 2-0 al descanso
· Los de
Morral vuelve a ofrecer su mejor versión con el ya habitual 3-4-3 de la segunda parte
· La
picardía del Pueblo Nuevo, decisiva
Toni Canyameras Rojas
El Sentmenat cayó por la mínima en el campo Pueblo Nuevo-2002
C.F. (2-1) en un igualado choque correspondiente a la cuarta jornada del grupo
14 de la Cuarta División Catalana.
La picardía, disfrazada de efectividad en la primera parte y
de faltas en la segunda, fue lo que otorgó a los locales un triunfo con apariencia
de empate. A falta de mostrar esa astucia que sí tuvo un conjunto más veterano
como el Pueblo Nuevo, el Sentmenat es un equipo que empieza a sentar las bases
desde donde partir hacia el futuro. Los de Josep Morral no tienen aún
asimilados los conceptos para generar fútbol pero se muestran como un grupo
capaz de lograr sus pretensiones a base de empuje y convicción demostrando que
el milagroso empate ante el Bonaire no fue una casualidad. Con esas premisas el
Sentmenat acarició en una gran segunda mitad una igualada merecida tras
marcharse 2-0 al descanso. También a partir de una revolución en el once. Como
en los anteriores encuentros Morral se vio obligado a pasar en el segundo
tiempo a una ofensiva total apostando de nuevo por el 3-4-3 y el clásico
carrusel de cambios que tantos frutos está dando. ¿Debe pasar el plan B a ser
el plan A? La duda queda en el banquillo.
El once inicial azulgrana reveló el eterno dilema de
siempre: las bajas. Sin Esteban –ausente por compromiso laboral-, y sin Dani
Alonso –con una sobrecarga en el cuádriceps-, Morral y Rafa Bueno –aún
lesionado y hoy como segundo entrenador-,
hicieron debutar a Albert Guitart en el eje de la zaga junto a Raúl
Martínez y puso a Vargas de lateral derecho. Arriba, Donai estrenó titularidad
y suplió a Ángel, baja también por motivos de trabajo. En la portería, el
también debutante Miki sustituyó al lesionado Manolo con garantías. El Pueblo
Nuevo halló en esa defensa de circunstancias la rampa de lanzamiento perfecta
para ejecutar su plan. Los locales recuperaron en tres cuartos, en plena salida
de balón azulgrana, y en una rápida jugada Enric Belbel la colocó con mucha
sangre fría en el poste izquierdo.
El Pueblo Nuevo
plasma su plan a la perfección
El gol tempranero resultó agua bendita para los locales para
hacer funcionar a pleno rendimiento su
fútbol. Los azules se mostraron en el primero tiempo como un conjunto intenso, disciplinado
y reacio a exponerse al más mínimo riesgo por mediación del balón largo. Ese
juego superó al Sentmenat, verde aún en las triangulaciones por más que lo
inentaran desde el medio Alonso y Armando e inferior en envergadura para
prolongar por arriba las jugadas. Fran Márquez se erigió con su calidad desde
el costado izquierdo en la estrella que
iluminara las jugadas de los visitantes pero el Pueblo Nuevo supo detectar y
atajar pronto el problema. El equipo azul hizo del ‘9’ su obsesión y estaba
dispuesto a desgañitarse todo cuanto fuera necesario para evitar que el sentmenatense
la recibiera al espacio: ayudas, faltas e intensidad.
Rafa Bueno da instrucciones a Armando |
A pesar de ese férreo marcaje,fue Márquez quien culminó con
un disparo al palo tras una gran jugada el progresivo dominio del Sentmenat,
que con más corazón que fútbol había ido
ganando terreno. El Pueblo Nuevo disparó directo a ese noble corazón de los
visitantes y de la manera más cruel. En su segundo tiro entre palos los
egarenses pusieron el 2-0 a poco del paso por vestuarios tras una veloz
transición. Los visitantes dijeron su última palabra en un saque de esquina que
Raúl remató fuera. Los azulgrana llegaban al descanso pagando su piedad por el
rival.
Otro Sentmenat
El Sentmenat inició el seguno periodo agarrado a ese impulso
que parece haberse convertido en una filosofía: encomendarse al efecto de sumar
el 3-4-3 con cambios a toque y moche. Bermejo relevó a Serrato, y Oriol Riera,
Sekou, Eugenio y Juan salieron al campo en detrimento de Donai, Martos, Miguel
y Guitart. Raúl, Vargas y Bermejo formaron atrás, con un mediocampo compuesto
por Sekou, Riera, Armando y Márquez y una delantera con Eugenio, Juan y Alonso.
Una fórmula que poco tardó en destilar su magia. El Sentmenat fue otro con esta
revolución y propuso un partido de toma y daca con los riesgos que conllevaba
pero justo lo que menos deseaba el Pueblo Nuevo. El físico pidió cuentas al
conjunto azul, sin la intensidad y la disciplina de la primera mitad, y los
espacios empezaron a aparecer.
Juan Paniello pudo meter en el partido a los azulgrana en un
disparo a puerta vacía que tropezó en un defensa y Alonso mandó un balón al
larguero. A falta de fútbol los pupilos de Josep Morral embotellaban a los
locales con empuje y con la amenazadora presencia en punta de tres atacantes
que mantenía al Pueblo Nuevo cauto, sin intención de mandar muchos efectivos
arriba para aprovechar los espacios que dejaba el Sentmenat a su espalda.
Raúl Martínez, en segundo término, líderó la zaga azulgrana |
La rúbrica a esa gran reacción de los azulgrana no llegó
hasta el 65’ cuando Eugenio con una preciosa vaselina desde fuera del área
aumentaba la fe de los que creían en la remontada y la hacía florecer en los
que no tanto.
Cuando las faltas son
un recurso
Lejos de las sensaciones de la primera parte, el Pueblo
Nuevo halló un gran aliado para esconder sus miserias. También para sacar a
relucir una picardía que ya no existía en sus ataques, abortados por una incommensurable
defensa azulgrana y un gran Miki: las faltas. Las interrupciones del juego
fueron una constante en el juego de los locales que fueron a más tras el gol de
Eugenio. Desfondados, -y amparados por la permisividad del colegiado-, los
jugadores azules se encomendaron a la infracción para poder seguir el ritmo de
sus contrincantes y evitar lo peor. Los azulgrana pecaron de inocentes de nuevo
y no supieron aprovechar las innumerables jugadas a balón parado de las que
dispusieron.
El Sentmenat lo intentó hasta el final pero no pudo revertir
el resultado. Una derrota con la que los vallesanos deben aprender que a veces la picardía es el detalle que decide
partidos tan parejos.
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