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lunes, 30 de septiembre de 2013

PÁDEL -> LA NUEVA TEMPORADA DE LOS ROJAS

Un inicio cautivador



Tranquilos, prudentes, reflexionan sobre el nuevo título que han conquistado, lejos de exaltar ese nuevo logro en su joven trayectoria y mostrándose distantes del éxito, o al menos, reconociéndolo con esas matices de humildad que les caracterizan. ‘’Jamás hubiera imaginado que tendríamos dos títulos en menos de dos años que llevamos jugando a pádel’’, afirmaba con sencillez un sorprendido Luismi tras recibir el trofeo. Una sinceridad que encumbra la actitud de los hermanos Rojas, capaz de causar estragos en la cancha cuando se disfraza de la pasión competitiva de los extremeños y de embelesar fuera de las pistas cuando toma ese admirable tono crítico para analizar los partidos que casi siempre denotan objetividad.

Una actitud que es el secreto de ese éxito, empecinado en dejar huella en los pasos de Luis Miguel y Toni a pesar de que ellos son más de pulir sus defectos antes que abrillantar sus virtudes y recrearse en sus méritos. Una gloriosa realidad factible – no sólo por esa ambición- sino por unas excelentes dotes realistas. Y es que los Rojas predican con ese realismo que reflejan sus palabras en la jaula.  Cada encuentro suyo forma parte de ese constante ejercicio de autoprospección que practican en el pádel.

 Dicen que uno mismo se conoce mejor que nadie. Un dicho citado por muchos pero realizado por pocos. Los extremeños forman parte de ese minoritario grupo. Saben de sus limitaciones –las que suelen presentar dos jugadores de tenis de fondo de pista-, y por eso no intentan buscar ese mayor virtuosismo que la gente pretende lograr en el pádel y que estanca el juego de muchas parejas. Desde que empezaron a competir, allá por mayo de 2012, han ido adaptando ese juego aguerrido y constante de los jugadores de fondo de pista de tenis al pádel, mejorando sus prestaciones en colocación y, especialmente, en la red, demostrando que el aprendizaje y la progresión en el deporte no entienden de edad. Sin embargo, lo difícil no es definir un estilo, sino proclamarlo también a las malas. Un rasgo que identifica a las grandes parejas y las diferencía de los dúos del montón: saber sufrir, algo que los extremeños llevan muy bien.


‘’Hemos ganado pero hemos sufrido’’

‘’Estoy contento porque hemos ganado pero también es verdad quehemos sufrido’’. Así se expresaba Toni Rojas poco después de coronarse junto a su hermano como campeón del torneo de Sant Feliu de Codines. El resultado de la final fue de 6-2 y 6-3 para los calzadilleros, un tanteo que no habla del mal momento que pasaron los hermanos en el ecuador del segundo set, cuando pasaron de un posible 4-1 que hubiera dejado sentenciada la final a un 3-3 que dejaba abierta la puerta de la remontada a Jordi Clapers  y Jordi Caboté, finalistas del campeonato.

Los Rojas habían dominado hasta el momento el partido con suficiencia e imponiendo su regularidad. No había motivos para que los extremeños tuvieran un infeliz desenlace pero el sufrimiento es una condición inherente a su juego. Sea por excesivo respeto a la tensión de determinados instantes del partido o por puro temor, los nervios siempre suelen agarrotar a los hermanos en algún momento, incluso en situaciones a priori injustficadas como  cuando se trata de gestionar una cómoda renta. Un sufrimiento que a pesar de paralizar la osadía de los hermanos no les hace caer en la preicipitación.

Quizá porque la naturaleza de su carácter está acostumbrada al sufrimiento los Rojas sacan lo mejor de sí cuando se trata de competir contra dúos punteros que exigen lo máximo. Saben luchar en esos partidos titánicos y maratonianos que engrandecen a las parejas y desafiar con argumentos a grandes jugadores. Como Marc Ferrer y su compañero. Especialmente el primero, más que un jugadorazo, una bestia competitiva que devoraba triunfos sin parar en este campeonato hasta que los hermanos Rojas le hicieron probar la amargura de la derrota. Conscientes de tener delante a un jugador superlativo, los extremeños sacaron el lado épico de las grandes ocasiones y elevaron el nivel de su juego para destrozar un listón que vio cómo se situaba en una versión que, hasta el momento, ha sido con diferencia, la mejor que han exhibido los extremeños.


Más que por el nuevo torneo conseguido, ese partido es la razón por la que ‘Toñín’ y ‘Luismi’ asustan en esta nueva temporada. Sin apenas ritmo de partidos –sólo habían disputado los encuentros correspondientes a las dos rondas anteriores tras un mes de parón-, los Rojas completaron el partido de su vida, algo obligado si querían acabar con Ferrer. Tras sellar la temporada de la confirmación dejando sentenciado el ascenso a la Segunda División de la Penya Arlequinada, los hermanos dan el pistoletazo de salida a la que debe ser su temporada de la consagración con un título y una derrota infligida a Ferrer y su compañero. La mejor tarjeta de presentación a todos cuanto asistan a ese acto de consagración que ya ha empezado. 


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