PÁDEL ->
LA NUEVA TEMPORADA DE LOS ROJAS
Un inicio cautivador
Tranquilos, prudentes, reflexionan sobre el nuevo título que
han conquistado, lejos de exaltar ese nuevo logro en su joven trayectoria y
mostrándose distantes del éxito, o al menos, reconociéndolo con esas matices de
humildad que les caracterizan. ‘’Jamás hubiera imaginado que tendríamos dos
títulos en menos de dos años que llevamos jugando a pádel’’, afirmaba con
sencillez un sorprendido Luismi tras recibir el trofeo. Una sinceridad que
encumbra la actitud de los hermanos Rojas, capaz de causar estragos en la
cancha cuando se disfraza de la pasión competitiva de los extremeños y de
embelesar fuera de las pistas cuando toma ese admirable tono crítico para
analizar los partidos que casi siempre denotan objetividad.
Una actitud que es el secreto de ese éxito, empecinado en
dejar huella en los pasos de Luis Miguel y Toni a pesar de que ellos son más de
pulir sus defectos antes que abrillantar sus virtudes y recrearse en sus
méritos. Una gloriosa realidad factible – no sólo por esa ambición- sino por
unas excelentes dotes realistas. Y es que los Rojas predican con ese realismo
que reflejan sus palabras en la jaula. Cada encuentro suyo forma parte de ese
constante ejercicio de autoprospección que practican en el pádel.
Dicen que uno mismo
se conoce mejor que nadie. Un dicho citado por muchos pero realizado por pocos.
Los extremeños forman parte de ese minoritario grupo. Saben de sus limitaciones
–las que suelen presentar dos jugadores de tenis de fondo de pista-, y por eso
no intentan buscar ese mayor virtuosismo que la gente pretende lograr en el
pádel y que estanca el juego de muchas parejas. Desde que empezaron a competir,
allá por mayo de 2012, han ido adaptando ese juego aguerrido y constante de los
jugadores de fondo de pista de tenis al pádel, mejorando sus prestaciones en
colocación y, especialmente, en la red, demostrando que el aprendizaje y la
progresión en el deporte no entienden de edad. Sin embargo, lo difícil no es definir
un estilo, sino proclamarlo también a las malas. Un rasgo que identifica a las
grandes parejas y las diferencía de los dúos del montón: saber sufrir, algo que
los extremeños llevan muy bien.
‘’Hemos ganado pero
hemos sufrido’’
‘’Estoy contento porque hemos ganado pero también es verdad
quehemos sufrido’’. Así se expresaba Toni Rojas poco después de coronarse junto
a su hermano como campeón del torneo de Sant Feliu de Codines. El resultado de
la final fue de 6-2 y 6-3 para los calzadilleros, un tanteo que no habla del
mal momento que pasaron los hermanos en el ecuador del segundo set, cuando
pasaron de un posible 4-1 que hubiera dejado sentenciada la final a un 3-3 que
dejaba abierta la puerta de la remontada a Jordi Clapers y Jordi Caboté, finalistas del campeonato.
Los Rojas habían dominado hasta el momento el partido con
suficiencia e imponiendo su regularidad. No había motivos para que los
extremeños tuvieran un infeliz desenlace pero el sufrimiento es una condición
inherente a su juego. Sea por excesivo respeto a la tensión de determinados
instantes del partido o por puro temor, los nervios siempre suelen agarrotar a
los hermanos en algún momento, incluso en situaciones a priori injustficadas
como cuando se trata de gestionar una
cómoda renta. Un sufrimiento que a pesar de paralizar la osadía de los hermanos
no les hace caer en la preicipitación.
Quizá porque la naturaleza de su carácter está acostumbrada
al sufrimiento los Rojas sacan lo mejor de sí cuando se trata de competir
contra dúos punteros que exigen lo máximo. Saben luchar en esos partidos
titánicos y maratonianos que engrandecen a las parejas y desafiar con
argumentos a grandes jugadores. Como Marc Ferrer y su compañero. Especialmente
el primero, más que un jugadorazo, una bestia competitiva que devoraba triunfos
sin parar en este campeonato hasta que los hermanos Rojas le hicieron probar la
amargura de la derrota. Conscientes de tener delante a un jugador superlativo,
los extremeños sacaron el lado épico de las grandes ocasiones y elevaron el
nivel de su juego para destrozar un listón que vio cómo se situaba en una
versión que, hasta el momento, ha sido con diferencia, la mejor que han
exhibido los extremeños.
Más que por el nuevo torneo conseguido, ese partido es la
razón por la que ‘Toñín’ y ‘Luismi’ asustan en esta nueva temporada. Sin apenas
ritmo de partidos –sólo habían disputado los encuentros correspondientes a las
dos rondas anteriores tras un mes de parón-, los Rojas completaron el partido
de su vida, algo obligado si querían acabar con Ferrer. Tras sellar la
temporada de la confirmación dejando sentenciado el ascenso a la Segunda
División de la Penya Arlequinada, los hermanos dan el pistoletazo de salida a
la que debe ser su temporada de la consagración con un título y una derrota
infligida a Ferrer y su compañero. La mejor tarjeta de presentación a todos
cuanto asistan a ese acto de consagración que ya ha empezado.
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