PÁDEL > ÚLTIMA JORNADA DE LIGUILLA
DEL CAMPEONATO DE PÁDEL DE POLINYÀ
Los Rojas dejan justificada su
permanencia
·Los extremeños caen mostrando su
mejor y su peor cara
·El juego de Masclans y Villalvilla
saca las carencias del dúo calzadillero
·Los hermanos se quedan en Primera siendo
superiores a sus rivales inferiores pero lejos aún de los mejores
Toni Canyameras Rojas
El dúo compuesto por Toni Rojas y
Luis Miguel Rojas despidió con derrota su participación en el Torneo de
Invierno del club Sompàdel de Polinyà del Vallès después de caer ante la pareja
formada por Quim Masclans y Sergi Villalvilla por un doble 6-3 tras una hora y
cuarto de juego, en un partido correspondiente a la última jornada de la
liguilla del grupo élite. Con este resultado los extremeños cierran con un balance
de 2 victorias y 4 derrotas y un quinto puesto en una clasificación que cuenta
con 8 dobles, su permanencia en la categoría de oro del pádel polinyanero.
Los hermanos abandonan su primera
aventura en la Primera División del Sompàdel dejando una andadura en el campeonato que les
sitúa aún a medio camino en esa larga carrera de fondo hacia la meta, allá
donde se mueven los mejores. En esa media distancia los de Calzadilla de los
Barros se han encontrado con la permanencia en el grupo élite, superando en
unos pasos a las parejas que a priori corren en el mismo escalón que los Rojas,
y a unas zancadas todavía de los dúos punteros.
‘Toñín’ y ‘Luismi’ han superado no
sin dificultades a los rivales que han vencido pero transmitiendo aún así
contundencia con su cultura del sufrimiento con la que arrastran a la frontera
de la igualdad jugadores que conquistan pistas desde la calidad. Y es que a pesar
de competir en una categoría con un nivel diametralmente opuesto al de su
anterior grupo, los extremeños han logrado llevarse a ‘su’ territorio a los
contrincantes ante los que han sucumbido a excepción del dúo de Abel García, además
del coordinador de la competición, jugador federado de pádel y sabio monitor de
este deporte.
Sin embargo, los hermanos deben
añadir algo más que fuerza en ese pulso que echan a sus enemigos para acabar
decantando la batalla de su lado. O al menos en este nivel. Amén de aferrarse
al margen de mejora técnica y táctica que le resta a una pareja recién
estrenada en esto del pádel –en mayo cumplirán un año- falta complementar esa
entrega con decisión y calma en momentos puntuales, sobre todo cuando no se
domina el juego con toda la constancia deseada. Algo que quedó de manifiesto en
su último choque.
Un inicio engañoso
Quim Masclans y Sergi Villalvilla
plasmaron sobre la cancha su clase, sacando brillo sus mejores virtudes, y
refrendaron el por qué de su pase al cuadro final del grupo de los más fuertes.
Eso no es novedad, o siempre ha sido así para los Rojas, habituados a hacer de
su innata capacidad para imponerse a parejas superiores técnicamente su pan de
cada día. Masclans y Villalvilla, residentes en la también localidad vallesana
de Caldes de Montbui, muy próxima a Polinyà, descubrieron un secreto: saber qué
hacer en cada momento. La acertada estrategia de los calderinos, además de su
implícita calidad contrastó con la mala gestión de los extremeños en los
instantes clave y se juntaron el hambre con las ganas de comer. Toni y Luis
Miguel, con sus mejor y peor versión, perdieron con claridad aunque nunca le
perdieron la cara al choque: desde este último partido justificaron su posición
final en la tabla.
Los Rojas invirtieron su tendencia en
el primer set. Desplegaron de inicio su versión arrolladora para acabar
firmando en esa primera manga un parcial de 5-0 en contra haciendo olvidar ese diésel
que arranca parado pero que siempre acaba cotizando al alza. Los extremeños deleitaron
al espectador con una grata sorpresa, con comienzo en el que empezaron muy
concentrados y activos ante un Quim y un Sergi atrapados en el tiempo con
errores propios del calentamiento. Así lo reflejó el 3-1 favorable a los
extremeños.
La contundencia de este parcial fue
el único lunar de Masclans y Villalvilla y el punto de partida de su lección de
saber estar. Los calderinos respondieron a ese pésimo arranque con una conjura
con pocas palabras y muchos hechos en la que no cabía cualquier fallo del
montón que permitiera a los Rojas apretar el nudo de esa cuerda de juego constante
y consistente con la que ahorcan la calidad de sus oponentes. Quim y Sergi
mostraron su faceta paciente y dominaron el cotarro con su letal arma cuyo
abuso les había inducido al suicidio en el comienzo: los ‘passings’ y bajar al
piso las bolas altas.
Los de Caldes de Montbui mostraron el
¿mejor? antídoto al veneno de los globos de los Rojas, que sin darte cuenta te
comen el territorio con ese golpe. Masclans y Villalvilla devolvían a tierra
los globos con tiros agresivos, botara o no en el vidrio. Lo hacían como si
nada, tanto de revés como de derecha y sobre todo en el momento justo,
diferencia principial con los primeros cuatro juegos en los que el error
forzado les mató. Los Rojas se dejaron condicionar por ese juego, sufriendo
sobre todo cuando subían a la red y los golpes se convertían en ‘passings’ y
empezaron a llover los errores no forzados. La incertidumbre también cundió en
los hermanos, acostumbrados a esperar las reacciones a sus globos como
inocentes devoluciones y no como dardos envenenados, sobretodo lo que venían de
parte del revés cortado de Masclans. Contexto ideal para que irumpiera la
pájara que siempre revolotea por el juego de los extremeños y da alas a los
rivales. En este caso estimuló tanto el vuelo de los calderinos que se
embolsaron el primer set con una racha de cinco juegos seguidos.
La épica falta a su cita con los
Rojas
Los hermanos hicieron gala de la
marca Rojas y actuaron como si la primera manga nunca hubiera existido, con la
diferencia de que aprendieron de sus errores para cortar la sangría de juegos
en contra. Los extremeños volvieron a ser competitivos y equilibraron la
contienda con una mejor adaptación al pícaro juego de Masclans y Valvilla.
Tanto es así que una bola separó a los extremeños de volver a pisar la realidad
del 3-1 del primer set y ese fue el punto de inflexión que acabó de declinar la
balanza a favor de Quim y Sergi, pues tras la experiencia del parcial inicial
los calzadilleros habrían podido gestionar mejor el seguno set con tan cómoda
renta. La pura y cruda realidad fue que el electrónico se volvió a disparar en
favor de los de Caldes de Montbui, que colocaron el 5-2 aunque quedaba
convencer a los hermanos de que el partido ya estaba cerrado.
Después de ganar el saque y situar el
5-3, Toni y Luis Miguel lanzaron en el último juego el suspiro agónico con el
que siempre desafían a los rivales antes de que estos finiquiten los encuentros
y lo cierto es Masclans y Villalvilla no terminaron de encajar bien esa última
palabra y escaparon vivos de milagro de que los Rojas quebraran su servicio y
resetearan el set. Se dio todo para hacer posible la épica, -puntos
interminables, infinites situaciones de
40-40, jugadas inverosímiles ganadas por los extremeños-, pero, para dicha de
los calderinos y desgracia para los espectadores, se acabó omitiendo un alargue
de partido trepidante.
Tras decir adiós a esta edición del
torneo Sompàdel con la cabeza bien alta, ‘Toñín’ y ‘Luis Miguel’, sin
campeonatos a la vista, están a la espera de que surja una oportunidad para
seguir compitiendo. Mientras, deberán jugar amistosos para no perder comba.
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