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martes, 26 de marzo de 2013


PÁDEL > ÚLTIMA JORNADA DE LIGUILLA DEL CAMPEONATO DE PÁDEL DE POLINYÀ
Los Rojas dejan justificada su permanencia
·Los extremeños caen mostrando su mejor y su peor cara
·El juego de Masclans y Villalvilla saca las carencias del dúo calzadillero
·Los hermanos se quedan en Primera siendo superiores a sus rivales inferiores pero lejos aún de los mejores

Las dudas a la hora de devolver las pelotas marcaron el juego de los hermanos
Toni Canyameras Rojas
El dúo compuesto por Toni Rojas y Luis Miguel Rojas despidió con derrota su participación en el Torneo de Invierno del club Sompàdel de Polinyà del Vallès después de caer ante la pareja formada por Quim Masclans y Sergi Villalvilla por un doble 6-3 tras una hora y cuarto de juego, en un partido correspondiente a la última jornada de la liguilla del grupo élite. Con este resultado los extremeños cierran con un balance de 2 victorias y 4 derrotas y un quinto puesto en una clasificación que cuenta con 8 dobles, su permanencia en la categoría de oro del pádel polinyanero.
Los hermanos abandonan su primera aventura en la Primera División del Sompàdel  dejando una andadura en el campeonato que les sitúa aún a medio camino en esa larga carrera de fondo hacia la meta, allá donde se mueven los mejores. En esa media distancia los de Calzadilla de los Barros se han encontrado con la permanencia en el grupo élite, superando en unos pasos a las parejas que a priori corren en el mismo escalón que los Rojas, y a unas zancadas todavía de los dúos punteros.
‘Toñín’ y ‘Luismi’ han superado no sin dificultades a los rivales que han vencido pero transmitiendo aún así contundencia con su cultura del sufrimiento con la que arrastran a la frontera de la igualdad jugadores que conquistan pistas desde la calidad. Y es que a pesar de competir en una categoría con un nivel diametralmente opuesto al de su anterior grupo, los extremeños han logrado llevarse a ‘su’ territorio a los contrincantes ante los que han sucumbido a excepción del dúo de Abel García, además del coordinador de la competición, jugador federado de pádel y sabio monitor de este deporte.
Sin embargo, los hermanos deben añadir algo más que fuerza en ese pulso que echan a sus enemigos para acabar decantando la batalla de su lado. O al menos en este nivel. Amén de aferrarse al margen de mejora técnica y táctica que le resta a una pareja recién estrenada en esto del pádel –en mayo cumplirán un año- falta complementar esa entrega con decisión y calma en momentos puntuales, sobre todo cuando no se domina el juego con toda la constancia deseada. Algo que quedó de manifiesto en su último choque.

Un inicio engañoso
Quim Masclans y Sergi Villalvilla plasmaron sobre la cancha su clase, sacando brillo sus mejores virtudes, y refrendaron el por qué de su pase al cuadro final del grupo de los más fuertes. Eso no es novedad, o siempre ha sido así para los Rojas, habituados a hacer de su innata capacidad para imponerse a parejas superiores técnicamente su pan de cada día. Masclans y Villalvilla, residentes en la también localidad vallesana de Caldes de Montbui, muy próxima a Polinyà, descubrieron un secreto: saber qué hacer en cada momento. La acertada estrategia de los calderinos, además de su implícita calidad contrastó con la mala gestión de los extremeños en los instantes clave y se juntaron el hambre con las ganas de comer. Toni y Luis Miguel, con sus mejor y peor versión, perdieron con claridad aunque nunca le perdieron la cara al choque: desde este último partido justificaron su posición final en la tabla.  
Los Rojas invirtieron su tendencia en el primer set. Desplegaron de inicio su versión arrolladora para acabar firmando en esa primera manga un parcial de 5-0 en contra haciendo olvidar ese diésel que arranca parado pero que siempre acaba cotizando al alza. Los extremeños deleitaron al espectador con una grata sorpresa, con comienzo en el que empezaron muy concentrados y activos ante un Quim y un Sergi atrapados en el tiempo con errores propios del calentamiento. Así lo reflejó el 3-1 favorable a los extremeños.
La contundencia de este parcial fue el único lunar de Masclans y Villalvilla y el punto de partida de su lección de saber estar. Los calderinos respondieron a ese pésimo arranque con una conjura con pocas palabras y muchos hechos en la que no cabía cualquier fallo del montón que permitiera a los Rojas apretar el nudo de esa cuerda de juego constante y consistente con la que ahorcan la calidad de sus oponentes. Quim y Sergi mostraron su faceta paciente y dominaron el cotarro con su letal arma cuyo abuso les había inducido al suicidio en el comienzo: los ‘passings’ y bajar al piso las bolas altas.
Los de Caldes de Montbui mostraron el ¿mejor? antídoto al veneno de los globos de los Rojas, que sin darte cuenta te comen el territorio con ese golpe. Masclans y Villalvilla devolvían a tierra los globos con tiros agresivos, botara o no en el vidrio. Lo hacían como si nada, tanto de revés como de derecha y sobre todo en el momento justo, diferencia principial con los primeros cuatro juegos en los que el error forzado les mató. Los Rojas se dejaron condicionar por ese juego, sufriendo sobre todo cuando subían a la red y los golpes se convertían en ‘passings’ y empezaron a llover los errores no forzados. La incertidumbre también cundió en los hermanos, acostumbrados a esperar las reacciones a sus globos como inocentes devoluciones y no como dardos envenenados, sobretodo lo que venían de parte del revés cortado de Masclans. Contexto ideal para que irumpiera la pájara que siempre revolotea por el juego de los extremeños y da alas a los rivales. En este caso estimuló tanto el vuelo de los calderinos que se embolsaron el primer set con una racha de cinco juegos seguidos.

La épica falta a su cita con los Rojas
Los hermanos hicieron gala de la marca Rojas y actuaron como si la primera manga nunca hubiera existido, con la diferencia de que aprendieron de sus errores para cortar la sangría de juegos en contra. Los extremeños volvieron a ser competitivos y equilibraron la contienda con una mejor adaptación al pícaro juego de Masclans y Valvilla. Tanto es así que una bola separó a los extremeños de volver a pisar la realidad del 3-1 del primer set y ese fue el punto de inflexión que acabó de declinar la balanza a favor de Quim y Sergi, pues tras la experiencia del parcial inicial los calzadilleros habrían podido gestionar mejor el seguno set con tan cómoda renta. La pura y cruda realidad fue que el electrónico se volvió a disparar en favor de los de Caldes de Montbui, que colocaron el 5-2 aunque quedaba convencer a los hermanos de que el partido ya estaba cerrado.
Después de ganar el saque y situar el 5-3, Toni y Luis Miguel lanzaron en el último juego el suspiro agónico con el que siempre desafían a los rivales antes de que estos finiquiten los encuentros y lo cierto es Masclans y Villalvilla no terminaron de encajar bien esa última palabra y escaparon vivos de milagro de que los Rojas quebraran su servicio y resetearan el set. Se dio todo para hacer posible la épica, -puntos interminables,  infinites situaciones de 40-40, jugadas inverosímiles ganadas por los extremeños-, pero, para dicha de los calderinos y desgracia para los espectadores, se acabó omitiendo un alargue de partido trepidante.
Tras decir adiós a esta edición del torneo Sompàdel con la cabeza bien alta, ‘Toñín’ y ‘Luis Miguel’, sin campeonatos a la vista, están a la espera de que surja una oportunidad para seguir compitiendo. Mientras, deberán jugar amistosos para no perder comba. 

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