FÚTBOL > UN GIRO POR LA ACTUALIDAD
DEL SENTMENAT
La quinta de la supervivencia
Sería imprudente e incluso temerario
que un principiante en esto del periodismo como El orador del deporte se permitiera reanudar su narración de los
hechos que rodean la actualidad del Sentmenat sin antes darles una vuelta
informativa por este último mes y medio del equipo azulgrana. Allá vamos.
Todos los equipos ocupan un papel más
o menos trascendente en el poblado deporte del fútbol y tarde o temprano hay
ese jugador, esa actuación o esa historia que dejan una impronta para
permanecer inmortales a través de los tiempos. Como la de este Sentmenat. Los
vallesanos están dejando para el recuerdo una temporada cuyo mejor destino parece
el olvido. Una victoria y dos empates es lo úncio positivo en un balance
inclinado desde principio de campaña a la derrota. En este caso los fríos
números adquieren un carácter fulminante.
Unas estadísticas que son toda una
afrenta para una plantilla que respira calidad. Cosas del fútbol o de la vida
misma, resulta inexplicable el pobre rendimiento que está ofreciendo un
conjunto llamado a engrandecer el nombre del Sentmenat como lo hicieran diez
años atrás los Joan Canyameras, Aitor Vargas, Carlos Pérez y cía con el ascenso
a Primera juvenil o la hornada de Guillermo Falero que acarició la machada hace
cinco temporadas.
Sobrevivir, esa ha sido la gesta de
este Sentmenat. Nunca una palabra tan raquítica en su uso será tan explícita
para sintetizar los méritos de un equipo atrapado en el infortunio y la
desgracia durante tantos meses. La desaparición temporal de la escuadra
vallesana surgió como fácil camino de liberación a esa jaula de desesperación
en las dos crisis agudas por las que han pasado los sentmenatenses. A pesar de
la marcha de muchos jugadores y de la renuncia de pesos pesados como el capitán
Gerard Busom al final ha triunfado el ánimo de quienes siguen confiando en este
equipo, con una única finalidad: levantar al Sentmenat con su amor por el
fútbol.
Bajo la amenaza de la inexistencia:
la marcha de Jaume Tura
Tan fulgurante fue el paso de Tura
por el banquillo que el Sentmenat se vio abocado a la desintegración del equipo
por eso de pasar de una crisis a otra con un barrido. Y es que los azulgrana
volvieron a caer cuando aún se estaban levantando del anterior golpe. La crisis
abierta por el debate originado en el vestuario sobre el sentido de la
continuidad del equipo tras la dimisión de Joan Veraguas, ya había dejado
maltrecho el estado de un Sentmenat que confiaba en cicatrizar heridas
emocionales con el esperanzador discurso que arrojó la contratación de Jaume
Tura, convencido y comprometido de sacar la situación adelante omitiendo las
circunstancias que se pudieran dar.
La sonrojante derrota en Argentona en
la que el Sentmenat fue pisoteado por 15-0 borró el optimista mensaje de Tura,
que superado por el dramatismo del momento se desentendió de seguir entrenando
a los vallesanos. La nueva renuncia de un técnico reabrió el frente de
hostilidades en el seno de la plantilla y reanudó el eterno debate sobre el
motivo de seguir remando en un buque arrastrado por la corriente del fracaso y
anclado en el puerto perdido de la deriva. El central y capitán Gerard Busom lo
dejó, igual que el portero Toni Pozo, y la goleada encajada disuadió a Adri
Pérez de darse una segunda oportunidad en el equipo.
Las ganas de jugar a fútbol pudieron
más que los malos resultados y gran parte del vestuario apostó por seguir
portando el escudo del Sentmenat antes que dejarlo sin representación.
Pepe y Paco: sapiencia y experiencia
para el anhelado resurgir
Y la directiva del club se encontró
con el mismo panorama...por tercera vez. La dirección ha visto cómo esa
decisión de elegir entrenador que reclama atención cada un cierto período de
tiempo más o menos extenso se ha convertido en una engorrosa costumbre. Aunque
se especuló con la vuelta de Josep Morral al banquillo y el preparador del
primer equipo, Rubén Jurado, dirigió alguna sesión de entrenamiento y el
encuentro contra el Arenys de Mar que el Sentmenat perdió 2-4 en su feudo, finalmente
se optó por el dúo de técnicos compuesto por Pepe y Paco Serrato, siendo el
primero el principal y Serrato el que ejerce la función de segundo entrenador. En
sus personas se conjugan el saber y la veteranía que les han otorgado su
dilatada trayectoria como entrenadores, y el amor por el club de toda su vida. ¿Algo
más para resucitar el cadáver futbolístico que ahora mismo es el Sentmenat?
El largo recorrido por los banquillos
de casi todas las categorías del club azulgrana ha curtido como estrategas a Paco y a Pepe que las han
visto de todos los colores. Ahora deberán asumir el que probablemente sea el
reto que ponga más cara la satisfacción de su trabajo: reconstruir el ánimo de
un equipo despedazado en mil añicos por una temporada de pesadilla.
Reinventarse, un modo de vida: cuando
la demarcación es la que manda
Un jugador molesto por su cambio de
posición en el tapete, ya sea por necesidad o por decisión técnica, sería
recibido con comprensión en la calle. En el vestuario del Sentmenat sería mal
visto. Los futbolistas azulgranas han sido sometidos a cambios en sus
demarcaciones con tanta asiduidad que ya se saben de memoria el son que toca
bailar cada vez que hay cambio de técnico o desbandada como los habidos con las
dos últimas dimisiones de preparadores. El talento es innato y la vida dota a
cada uno de unas cualidades y unos defectos pero a buen seguro que cualquier
entrenador no despreciaría tener ese jugador del Sentmenat licenciado en polivalencia.
Antonio Luque y Joel Pérez, abanderan esa forzada filosofía del cambio táctico
ya que tanto el punta como el lateral se han confirmado como las dos
alternativas a las marcha de Toni Pozo en la portería. Salvo Pau Torrents, dueño
del flanco defensivo izquierdo, Joan Rusiñol, indiscutible en eje de la defensa
tras su exitoso reciclaje a central y Ariel Vera, incuestionable motor del equipo
desde el mediocentro, ahora mismo nadie parece tener un destino fijo en el
terreno de juego.
Sin embargo, no todo son malas
noticias ya que para combatir la falta de efectivos el Sentmenat ha contado con
la incorporación de Ayrton Kevin, lateral diestro, y Víctor Bermejo ha
contribuido a reforzar la debilitada plantilla azulgrana compaginando sus funciones
de delegado con las de jugador, actuando de extremo derecho. Estos son ahora mismo los nombres que integran
el juvenil del Sentmenat: Pau Torrents, Joan Rusiñol, Ariel Vera, Lennon Vera,
Sergi Corral, Juan Mosquera, Carlos Hidalgo, Xavi Barrubés, Sergio Rodríguez,
Antonio Luque, José Pacha, Joel Pérez, y los recién ‘fichados’ Ayrton Kevin y
Víctor Bermejo.
En los dos partidos que han dirigido
Pepe y Serrato desde su llegada a la inestable área técnica vallesana –saldados
con en derrotas casa frente al Masnou y en Montmeló por sendos
7-0-, la presencia de Kevin como lateral y de Bermejo como extremo en la banda
derecha ha sido un denominador común que gana enteros para el futuro. El nervio
del boliviano y el orgullo herido del sentmenatense –el único en el banquillo
que ha vivido de cerca todos los sinsabores de esta campaña-, alzan desde ese
costado diestro la voz de la revolución que busca el Sentmenat como medio para
probar el éxito, en la que el cerebro deberá ser el nuevo dúo técnico formado
por Pepe y Paco Serrato.
Esta es la historia de un equipo que
la ha empezado a escribir con el sufrimiento y el coraje de sobrevivir a los
constantes problemas que están azotando a un vestuario que va camino de curarse
del espanto. Bermejo se muestra optimista con los nuevos llamados para el
banquillo: ‘’Hay que dejarles trabajar y necesitan tiempo. Cogieron a un Sentmenat
alevín que lo perdía todo y la temporada siguiente eran imparables’’. Como bien
dice Víctor, tan sólo el tiempo dirá si Pepe y Paco son los elegidos para el
renacimiento del Sentmenat. Cuentan con una única pero gran ventaja para ese
cometido: entrenar a un grupo que podrá restar impasible a las dificultades.