Con el mismo orgullo que siento de ser catalán, proclamo que
corre sangre extremeña por mis venas. La satisfacción no es distinta cuando
grito a los cuatro vientos que nací para vivir por y para el deporte, aunque
empecé a disfrutarlo a la tardía edad de ocho años, cuando mi hermano no tuvo
otra ocurrencia que inculcarme su amor por el deporte. El resultado fue inmejorable y
diez años después aquí estoy, empezando la carrera de Periodismo para dar el
primer paso hacia mi sueño de hacer de mi pasión mi pan de cada día.
Y es que el deporte no sólo nos hace gozar, no sólo nos hace
olvidar a veces de nuestros problemas de la vida cotidiana, también es un escaparate
donde están expuestos los valores que deben moldear una sociedad: esfuerzo,
sacrificio, humildad, compañerismo, espíritu de superación...un sinfín de
virtudes.
Pero este blog es distinto. Muchas veces hablamos del
conjunto del público que vive el deporte, a la par que olvidamos que, sin
ellos, sin esos fieles aficionados, el deporte no se hallaría en la cúspide de
la popularidad. También en muchos de ellos se respira la figura del deportista
anónimo, ese que osa practicarlo a imagen y semejanza de sus ídolos, que aunque
no viva de él, sí lo practica con la misma ilusión. Ojalá esta bitácora, cimentada en el aficionado, se
pueda convertir en un homenaje para el ciudadano de a pie, con el que descubrirás
mundos que te atraparán. Sin saberlo, tu puedes ser el protagonista de ellos,
el próximo en ser noticia en este espacio.
Espero que esta página sea de tu agrado, que vibres como lo
hiciste con la patada de Joel González en la final olímpica, que te emociones
como cuando lloraste al celebrar el gol de Iniesta, que sueñes como cada vez que lo
haces cuando te propones alcanzar esa meta. Espero, en definitiva,
conquistarte.
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