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Marc Porta


LA EXPERIENCIA DEL TENIS

"El tenis engancha porque es un deporte difícil"

Marc Porta Navarro (Barcelona, 16-12-1964). Entrenador de tenis del Club Tenis Palau.

Marc Porta posa para El orador del deporte
Mientras espero que termine de atender una llamada para responder a mis preguntas, veo jugar un partido a una chica de unos 25 años que me deja asombrado con sus latigazos. Cuando me encuentro ya con el personaje que entrevistaré y él se dirige a la barra a pedir un cortado le pregunto por la susodicha. "Es muy buena, pero le ha faltado ambición para llegar lejos". Marc lo sabe todo del tenis. Está dispuesto a abordar cualquier cuestión referente a este deporte. Pero él no sólo responde, persuade. De hecho, es un hombre con fuertes convicciones. Pese a los privilegiados contactos que tiene en mundo del tenis, él insiste en que su pasión es enseñar a los niños. Tampoco existen los imposibles para él: "Todo el mundo puede aprender a jugar a tenis", afirma. En efecto, si un servidor ha aprendido, por algo será.


Pregunta. Marc, ¿qué es para usted el tenis?
Respuesta. Es un deporte que me gusta mucha porque es muy individual y eso hace que los chicos se espabilen a nivel psicomotriz y mental. Es una manera de entender la vida, de controlar emociones y de disfrutar al aire libre.

P. Usted que lleva más de 30 años dedicándose a esto, ¿Por qué cree que engancha tanto este deporte?
R. Porque es muy difícil. Para la gente que le gusta superar retos es el deporte ideal. También produce el efecto inverso: hay personas que se cansan por su dificultad pero, en realidad, aprender a jugar te da una satisfacción brutal.

P. Sin embargo, el pádel ha restado protagonismo al tenis.
R. Seguro. Es un problema del que hablo cuando me reúno con otros entrenadores. El pádel lo que ha conseguido es captar ese tipo de gente que no le gusta el tenis, y al no ser tan competitivo y más social, atrae más. Aún así, conozco entrenadores argentinos amigos míos que allí en su país, donde el pádel explotó, el tenis está recuperando su espacio y pienso que aquí pasará igual. Es más, ahora cada vez hay más gente a la que le doy clases de tenis. Este deporte es muy completo y te da unas habilidades que nunca te dará el pádel.

P. Hablemos un poco más de usted. ¿Cuándo empezó su pasión por la raqueta?
R. Mi familia ya nació con el tenis, vivíamos delante del Club de Tenis Barcino, situado en la parte alta de Barcelona, en Sant Gervasi. Somos tres hermanos y dos hermanas y todos los chicos somos entrenadores. Yo no empecé a jugar hasta los 13 años, cuando mis hermanos me fueron introduciendo. Antes había practicado otros deportes como el baloncesto.

P. Supongo que se le daba bien...
R. El tenis es muy exigente y empezar tarde siempre te condiciona, y más si en tu quinta hay gente como Jordi Arrese, del que soy amigo. Yo no era muy bueno compitiendo porque mi carácter no era el adecuado, y pronto me di cuenta de que era más feliz enseñando a los niños que jugando.

P. ¿Qué tipo de jugador era?
R. Yo era el típico jugador habilidoso que coloca bolas y le gusta cerrar los puntos en la red pero que tiene poca capacidad de sufrimiento: si un partido se complicaba, me costaba. El tenis es muy divertido pero hay gente que no sabe sufrir sin saber que esa fortaleza mental puede ser la clave para ganar. Nadal es el ejemplo perfecto.

P. ¿Y cómo se definiría como entrenador?
R. Hay dos tipos de entrenador: los de alta competición y los de base. Yo trabajé para la Federación Catalana de Tenis pero no me gustó porque a mi lo que me llena más es ver un niño que aprende a jugar por lo me considero un técnico de base.

P. ¿No le gustaría entrenar en la élite?
R. Cuando estaba en Mallorca entrenando con mi hermano Jofre tuvimos a Carlos Moyá. Mi hermano llevó a Moyá salvo cuando este se fue a la Federación unos años. Tener un jugador así es muy bonito, pero muy sacrificado, porque apenas puedes estar con tu familia. Además, tampoco me veo cualificado para enseñar a este tipo de tenistas, como he dicho, prefiero entrenar a niños. Si le digo la verdad, aunque tenga un chaval con futuro no dudo en desviarlo a la Federación.

P. ¿Cree que es obligatorio ser un buen jugador para enseñar a gente de tanto nivel?
R. Es evidente que hay que saber de tenis pero normalmente a los buenos tenistas les cuesta corregir, algo fundamental si quieres entrenar. Un entrenador suele ser alguien que ha competido más o menos bien y le apasiona documentarse sobre este deporte. Sin embargo, pienso que lo más importante es que exista ‘feeling’ entre ambas partes. Por ejemplo, mi hermano se entendía muy bien con Moyá pero con otros jugadores ha tenido más problemas. 

P. Se trate de un técnico de élite o no, cada uno transmite a sus alumnos unos valores. ¿Cuáles inculca usted?
R. El 'fair-play' sobre todo porque la educación es algo que se está perdiendo en el tenis. Hemos disputado tres veces una final de un Campeonato de Cataluña y el juez siempre nos ha felicitado por nuestro comportamiento, y eso al final es lo más importante se gane o pierda. También insisto a mis chicos en darlo todo, incluso en la derrota. Hay una frase que me gusta mucho y que siempre les repito: ''El contrario podrá decir que te ha ganado pero nunca que te has rendido''.

Marc, a la derecha, con el equipo que se proclamó campeón de
Catalunya de Comarcas en 2011
P. ¿Está contento con la gente que ha pasado por sus pistas?
R. No me puedo quejar. He tenido el gustazo de llevar a Moyá un tiempo junto a mi hermano y de ver a Rafa Nadal cuando tenía 12 años porque a esa edad lo llevaba Jofre junto a Toni Nadal. También he podido entrenar a jugadores que luego han llegado a ser profesionales, especialmente durante mi etapa en Mataró. Pero al final lo que me llena es que la gente esté contenta conmigo y cualquier persona a la que haya entrenado me salude cuando me ve por la calle. No hay mayor satisfacción que eso.

P. ¿Cómo valora la actual generación de tenistas que tiene en el club?
R. Estamos notando el problema de la crisis y viene menos gente. Ahora estamos en una época de transición en la que tenemos niños que juegan muy bien. Sin embargo, lo que realmente me importa es que cada uno saque el máximo provecho de sí mismo. Por ejemplo, tengo a un chaval que tiene dificultades para moverse por el estado de sus rodillas y por su tendencia a engordar y ha aprendido a jugar a tenis. Me llena más eso que entrenar a un niño que llegue a ser el número uno.

P. ¿Todo el mundo puede aprender a jugar a tenis?
R. Sin duda, se juega hasta en silla de ruedas. Eso sí, hay que tener claro a dónde se quiere llegar. Si un niño es patoso no pretendas que llegue a ser profesional.

P. De los chicos que entrena, ¿ve alguno que pueda llegar lejos?
R. Es complicado saberlo. Para ser tan bueno tienes que estar tocado por una varita màgica, hay que tenerlo todo. Si ahora mismo me pregunta quien tiene futuro le diría que un niño de 3 años y medio que a esa edad ya pelotea. Pero nunca se sabe.

P. ¿Qué cree usted que se necesita para ser un jugador ATP?
R. En conferencias que antes daba el padre de Sergi Bruguera le preguntaron qué necesitaba para hacer de un niño un gran jugador. La repuesta, que sorprendió a muchos, fue que "escoger a su padre y a su madre" refiriéndose al factor genético. Lo que más influye es lo que hoy llaman la 'prociocepción', que es la capacidad de mover tu cuerpo de forma coordinada y se trata de un don innato. Es cruel pero es así.

P. A pesar de esas cualidades técnicas la mente también hace mucho.
R. La mente sola no hace nada. Todo depende de lo que sume tu físico, tu talento y esa fortaleza mental. Si en esa suma total eres mejor que tu contrincante, ganarás. En ese sentido es importante maximizar tus virtudes y minimizar tus defectos. Por ejemplo, un jugador limitado técnicamente que tenga una gran cabeza deberá endurecer los partidos.

P. Pero no me negará que es fundamental tener una buena cabeza para llegar lejos...
R. Eso no lo pongo en duda, pero creo que también nos olvidamos de la suerte. Le pongo un ejemplo: Frank de la jungla era tenista. Se fue a jugar un torneo a Taiwan y a la salida de las pistas un coche le embistió y tuvo que dejarlo por romperse la rodilla. Sin fortuna no haces nada.

P. La gente que está leyendo esta entrevista estará interesada en saber cuáles son los defectos más comunes a la hora de jugar a tenis. Cuenténoslos.
R. Técnicamente hay muchos problemas con la empuñadura del saque y del revés, aunque a las chicas este golpe se les suele dar mejor que la derecha. En lo táctico mucha gente no sabe jugar. Se limita a ponerse detrás de la línea de fondo para devolverlas y ya está. Hay que convencer a los que practican este deporte que siempre se puede mejorar. Yo a mis niños siempre les digo que los profesionales progresan día a día en su juego.

P. Hablemos un poco del tenis profesional. ¿Cómo ve el panorama actual?
R. Es un momento muy emocionante porque no hay un número 1 claro. Años anteriores esa lucha se bipolarizaba y ahora hay mucha más variedad. La incógnita es si Nadal volverá a ser el mismo.

P. Nadal y Federer, dos estilos opuestos. ¿Usted cuál prefiere?
R. Me quedo con Federer porque representa el talento absoluto, pero admiro más a Rafa porque es todo sacrificio, aunque creo que otro entrenador pudiera haber sacado más provecho de él y le hubiera evitado tantas lesiones. Nadal es el ejemplo perfecto para los niños, educado y luchador hasta la muerte.

Marc, el de la derecha, posa con su grupo de monitores
P. ¿Qué piensa de David Ferrer?
R. Otro ejemplo. Da lo máximo con poco. Le he visto entrenar en directo y es un espectáculo. Lo da todo, es rapídismo y tiene una capacidad inhumana para restar, pero sus limitaciones técnicas hacen que difícilmente algún día gane un Grand Slam, aunque a mi encantaría que lo consiguiera. En Ferrer se demuestra que los grandes jugadores son magníficos restadores. De nada sirve tener un buen saque si no sabes contrarrestar el servicio del contrario.

P. ¿Y qué opina de jugadores con un talento increíble como Fernando Verdasco pero que sin embargo no alcanzan cotas más altas porque no quieren?
R. El tenis es un deporte individual y no hay que pedir explicaciones a nadie. A veces la ambición no hace la felicidad, depende de la persona. Quizá Verdasco es feliz así y se conforma con haber estado en el top-10. En ocasiones no se valoran a este tipo de tenistas que han sido los mejores en su trabajo pese a no haberse mantenido.

P. ¿En qué se diferencía la forma de jugar de hombres y mujeres en la alta competición?
R. Las féminas juegan más a cañonazos y en cambio los chicos tienen un juego más táctico en el que prima mucho la estrategia.

P. ¿Qué será de usted el día que deje de pisar las pistas?
R. No supondrá ningún problema, el tenis me gusta mucho pero no es una obsesión. Eso sí, me gustaría seguir hasta que me muera y mientras pueda seguiré dedicándome a esto aunque me toque la lotería. 

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