LA
EXPERIENCIA DEL TENIS
"El tenis engancha
porque es un deporte difícil"
Marc Porta Navarro (Barcelona, 16-12-1964). Entrenador de
tenis del Club Tenis Palau.
Marc Porta posa para El orador del deporte |
Pregunta. Marc, ¿qué es
para usted el tenis?
Respuesta. Es un deporte que me gusta mucha
porque es muy individual y eso hace que los chicos se espabilen a nivel
psicomotriz y mental. Es una manera de entender la vida, de controlar emociones
y de disfrutar al aire libre.
P. Usted que lleva más
de 30 años dedicándose a esto, ¿Por qué cree que engancha tanto este deporte?
R. Porque es muy difícil. Para la gente
que le gusta superar retos es el deporte ideal. También produce el efecto
inverso: hay personas que se cansan por su dificultad pero, en realidad, aprender
a jugar te da una satisfacción brutal.
P. Sin embargo, el
pádel ha restado protagonismo al tenis.
R. Seguro. Es un problema del que hablo
cuando me reúno con otros entrenadores. El pádel lo que ha conseguido es captar
ese tipo de gente que no le gusta el tenis, y al no ser tan competitivo y más
social, atrae más. Aún así, conozco entrenadores argentinos amigos míos que
allí en su país, donde el pádel explotó, el tenis está recuperando su espacio y
pienso que aquí pasará igual. Es más, ahora cada vez hay más gente a la que le
doy clases de tenis. Este deporte es muy completo y te da unas habilidades que
nunca te dará el pádel.
P. Hablemos un poco más
de usted. ¿Cuándo empezó su pasión por la raqueta?
R. Mi familia ya nació con el tenis,
vivíamos delante del Club de Tenis Barcino, situado en la parte alta de
Barcelona, en Sant Gervasi. Somos tres hermanos y dos hermanas y todos los
chicos somos entrenadores. Yo no empecé a jugar hasta los 13 años, cuando mis
hermanos me fueron introduciendo. Antes había practicado otros deportes como el
baloncesto.
P. Supongo que se le
daba bien...
R. El tenis es muy exigente y empezar
tarde siempre te condiciona, y más si en tu quinta hay gente como Jordi Arrese,
del que soy amigo. Yo no era muy bueno compitiendo porque mi carácter no era el
adecuado, y pronto me di cuenta de que era más feliz enseñando a los niños que
jugando.
P. ¿Qué tipo de jugador
era?
R. Yo era el típico jugador habilidoso que
coloca bolas y le gusta cerrar los puntos en la red pero que tiene poca
capacidad de sufrimiento: si un partido se complicaba, me costaba. El tenis es
muy divertido pero hay gente que no sabe sufrir sin saber que esa fortaleza
mental puede ser la clave para ganar. Nadal es el ejemplo perfecto.
P. ¿Y cómo se definiría
como entrenador?
R. Hay dos tipos de entrenador: los de
alta competición y los de base. Yo trabajé para la Federación Catalana de Tenis
pero no me gustó porque a mi lo que me llena más es ver un niño que aprende a
jugar por lo me considero un técnico de base.
P. ¿No le gustaría
entrenar en la élite?
R. Cuando estaba en Mallorca entrenando
con mi hermano Jofre tuvimos a Carlos Moyá. Mi hermano llevó a Moyá salvo
cuando este se fue a la Federación unos años. Tener un jugador así es muy
bonito, pero muy sacrificado, porque apenas puedes estar con tu familia. Además,
tampoco me veo cualificado para enseñar a este tipo de tenistas, como he dicho,
prefiero entrenar a niños. Si le digo la verdad, aunque tenga un chaval con
futuro no dudo en desviarlo a la Federación.
P. ¿Cree que es
obligatorio ser un buen jugador para enseñar a gente de tanto nivel?
R. Es evidente que hay que saber de
tenis pero normalmente a los buenos tenistas les cuesta corregir, algo
fundamental si quieres entrenar. Un entrenador suele ser alguien que ha
competido más o menos bien y le apasiona documentarse sobre este deporte. Sin
embargo, pienso que lo más importante es que exista ‘feeling’ entre ambas
partes. Por ejemplo, mi hermano se entendía muy bien con Moyá pero con otros
jugadores ha tenido más problemas.
P. Se trate de un
técnico de élite o no, cada uno transmite a sus alumnos unos valores. ¿Cuáles
inculca usted?
R. El 'fair-play' sobre todo porque la
educación es algo que se está perdiendo en el tenis. Hemos disputado tres veces
una final de un Campeonato de Cataluña y el juez siempre nos ha felicitado por
nuestro comportamiento, y eso al final es lo más importante se gane o pierda.
También insisto a mis chicos en darlo todo, incluso en la derrota. Hay una
frase que me gusta mucho y que siempre les repito: ''El contrario podrá decir
que te ha ganado pero nunca que te has rendido''.
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Marc, a la derecha, con el equipo que se proclamó campeón de Catalunya de Comarcas en 2011 |
R. No me puedo quejar. He tenido el
gustazo de llevar a Moyá un tiempo junto a mi hermano y de ver a Rafa Nadal
cuando tenía 12 años porque a esa edad lo llevaba Jofre junto a Toni Nadal. También he podido entrenar a jugadores que luego han llegado a ser profesionales,
especialmente durante mi etapa en Mataró. Pero al final lo que me llena es que
la gente esté contenta conmigo y cualquier persona a la que haya entrenado me
salude cuando me ve por la calle. No hay mayor satisfacción que eso.
P. ¿Cómo valora la
actual generación de tenistas que tiene en el club?
R. Estamos notando el problema de la
crisis y viene menos gente. Ahora estamos en una época de transición en la que
tenemos niños que juegan muy bien. Sin embargo, lo que realmente me importa es que cada uno
saque el máximo provecho de sí mismo. Por ejemplo, tengo a un chaval que tiene
dificultades para moverse por el estado de sus rodillas y por su tendencia a
engordar y ha aprendido a jugar a tenis. Me llena más eso que entrenar a un
niño que llegue a ser el número uno.
P. ¿Todo el mundo puede
aprender a jugar a tenis?
R. Sin duda, se juega hasta en silla de
ruedas. Eso sí, hay que tener claro a dónde se quiere llegar. Si un niño es
patoso no pretendas que llegue a ser profesional.
P. De los chicos que
entrena, ¿ve alguno que pueda llegar lejos?
R. Es complicado saberlo. Para ser tan
bueno tienes que estar tocado por una varita màgica, hay que tenerlo todo. Si
ahora mismo me pregunta quien tiene futuro le diría que un niño de 3 años y
medio que a esa edad ya pelotea. Pero nunca se sabe.
P. ¿Qué cree usted que
se necesita para ser un jugador ATP?
R. En conferencias que antes daba el
padre de Sergi Bruguera le preguntaron qué necesitaba para hacer de un niño un
gran jugador. La repuesta, que sorprendió a muchos, fue que "escoger a su
padre y a su madre" refiriéndose al factor genético. Lo que más influye es lo
que hoy llaman la 'prociocepción', que es la capacidad de mover tu cuerpo de forma
coordinada y se trata de un don innato. Es cruel pero es así.
P. A pesar de esas
cualidades técnicas la mente también hace mucho.
R. La mente sola no hace nada. Todo
depende de lo que sume tu físico, tu talento y esa fortaleza mental. Si en esa
suma total eres mejor que tu contrincante, ganarás. En ese sentido es
importante maximizar tus virtudes y minimizar tus defectos. Por ejemplo, un
jugador limitado técnicamente que tenga una gran cabeza deberá endurecer los
partidos.
P. Pero no me negará
que es fundamental tener una buena cabeza para llegar lejos...
R. Eso no lo pongo en duda, pero creo
que también nos olvidamos de la suerte. Le pongo un ejemplo: Frank de la jungla era tenista. Se fue a jugar un
torneo a Taiwan y a la salida de las pistas un coche le embistió y tuvo que
dejarlo por romperse la rodilla. Sin fortuna no haces nada.
P. La gente que está
leyendo esta entrevista estará interesada en saber cuáles son los defectos más
comunes a la hora de jugar a tenis. Cuenténoslos.
R. Técnicamente hay muchos problemas con
la empuñadura del saque y del revés, aunque a las chicas este golpe se les
suele dar mejor que la derecha. En lo táctico mucha gente no sabe jugar. Se
limita a ponerse detrás de la línea de fondo para devolverlas y ya está. Hay
que convencer a los que practican este deporte que siempre se puede mejorar. Yo
a mis niños siempre les digo que los profesionales progresan día a día en su
juego.
P. Hablemos un poco del
tenis profesional. ¿Cómo ve el panorama actual?
R. Es un momento muy emocionante porque
no hay un número 1 claro. Años anteriores esa lucha se bipolarizaba y ahora hay
mucha más variedad. La incógnita es si Nadal volverá a ser el mismo.
P. Nadal y Federer, dos
estilos opuestos. ¿Usted cuál prefiere?
R. Me quedo con Federer porque
representa el talento absoluto, pero admiro más a Rafa porque es todo sacrificio,
aunque creo que otro entrenador pudiera haber sacado más provecho de él y le
hubiera evitado tantas lesiones. Nadal es el ejemplo perfecto para los niños,
educado y luchador hasta la muerte.
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Marc, el de la derecha, posa con su grupo de monitores |
P. ¿Qué piensa de David
Ferrer?
R. Otro ejemplo. Da lo máximo con poco.
Le he visto entrenar en directo y es un espectáculo. Lo da todo, es rapídismo y
tiene una capacidad inhumana para restar, pero sus limitaciones técnicas hacen
que difícilmente algún día gane un Grand Slam, aunque a mi encantaría que lo
consiguiera. En Ferrer se demuestra que los grandes jugadores son magníficos
restadores. De nada sirve tener un buen saque si no sabes contrarrestar el
servicio del contrario.
P. ¿Y qué opina de
jugadores con un talento increíble como Fernando Verdasco pero que sin embargo
no alcanzan cotas más altas porque no quieren?
R. El tenis es un deporte individual y
no hay que pedir explicaciones a nadie. A veces la ambición no hace la
felicidad, depende de la persona. Quizá Verdasco es feliz así y se conforma con
haber estado en el top-10. En ocasiones no se valoran a este tipo de tenistas
que han sido los mejores en su trabajo pese a no haberse mantenido.
P. ¿En qué se
diferencía la forma de jugar de hombres y mujeres en la alta competición?
R. Las féminas juegan más a cañonazos y
en cambio los chicos tienen un juego más táctico en el que prima mucho la
estrategia.
P. ¿Qué será de usted
el día que deje de pisar las pistas?
R. No supondrá ningún problema, el tenis
me gusta mucho pero no es una obsesión. Eso sí, me gustaría seguir hasta que me
muera y mientras pueda seguiré dedicándome a esto aunque me toque la lotería.
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