El pádel amateur echó de menos su
agua de mayo, el mes en el que se cumplía un año des de que dos muchachos
extremeños residentes en Sentmenat se unieron a la causa social de un deporte
que parece no conocer techo como ellos: los hermanos Rojas. Ha sido un año
plagado de éxitos, de partidos épicos pero el destino les negó a los extremeños
el commemorar su primer aniversario con lo que mejor saber hacer ellos:
competir.
Toni y Luis Miguel empezaban a
afrontar su segunda primavera como dúo de pádel con otro pequeño paso que
agigantaba su progresión como fue el logro de la permanencia en el grupo élite
del torneo Sompàdel de Polinyà pero sin embargo reinaba desde hace tiempo un
aroma que impedía saborear la dulzura de cada victoria e impedía contemplar el
futuro con optimismo. Toni Rojas encaraba los partidos con continuas molestias
en su pierna que sin ser ininterrumpidas sí se reproducían con cuerta asiduidad
y mermaban el potencial del extremeño, asentado en gran parte en su físico. Las
molestias amenazaban en falso –un tirón casi deja sin título a los hermanos en
la final del torneo Sompàdel de diciembre- ,y con interferir de una forma aún
más seria en el rendimiento del doble calzadillero hasta que el maltrecho
físico dijo basta con una amenaza cuya firmeza ha sido entendida con el tiempo.
Una lesión de rodilla que ya
deparaba un horizonte demasiado oscuro si ‘Toñín’ no hubiera interpuesto la luz
de la razón. El de Calzadilla de los Barros firmó una sabia capitulación ante
el dolor que le acosaba desde hacía meses y se sometió a una revisión médica de
su dañada rodilla derecha para evaluar el estado de la articulación. El
diagnóstico no revestía gravedad pese al obligado reposo -rotura del ligamento
colateral interno-, pero no dejaba de ser escalofriante: si el extremeño llega
a forzar más se hubiera roto el famoso ligamento cruzado anterior. Seis meses
de recuperación que habrían dejado en el aire el futuro próspero de los Rojas.
La lesión mantuvo al mayor de los
hermanos dos meses en el dique seco –abril y mayo- en los que ‘Luismi’ ha
encontrado en el sentmenatense Josep Vivet el compañero para competir en una
nueva edición del torneo de Sentmenat y no perder el ritmo mientras su hermano
se recuperaba. Adentrados ya en la tercera vuelta de la fase de grupos, Rojas y
Vivet tienen asegurada su participación en las eliminatorias. El esbelto
jugador extremeño espera hacer bueno el dicho de que a la tercera va la vencida
y superar los cuartos de final de este campeonato por primera vez.
El retorno más soñado
Los hermanos Rojas se han
embarcado en un reto inédito para ellos hasta el momento y expandir y dar a
conocer su marca más allá de las más inmediatas cercanías de Sentmenat, donde
residen desde hace más de 40 años. Los nativos de Calzadilla de los Barros han
elegido el torneo veraniego del club de la ‘’Penya Arlequinada’’-situado en Can
Font, entre Castellar del Vallès y Terrassa-, como escenario de su regreso y el
quinto campeonato que disputan desde que se iniciaran en el pádel en mayo de
2012. Un imponente complejo deportivo que cuenta con hasta once pistas y en el
que los hermanos pronto se han dado a conocer a pesar de ser unos forasteros
por aquellos lares. El público ha visto la elasticidad de Luis Miguel para resucitar
cualquier bola a punto de morir en el suelo a pesar de su 1.80 de estatura,
cómo Toni se las ingenia para llegar a todas a pesar de sus 50 años, cómo los
hermanos luchan por cada bola como si en ello les fuera la vida. Espectadores y
rivales ya saben cómo se las gastan los extremeños y, para quien no lo sepa,
ahí está la constancia de ‘Toñín’ y ‘Luismi’ que aseguran el espectáculo.
La momentánea trayectoria de los
Rojas en este torneo arroja un gran juego y unos contundentes resultados –cinco
victorias en cinco partidos-, que denotan la renovada chispa de los hermanos
tras dos meses sin competir juntos. Y es que Toni y Luis Miguel han superado
con tantas creces el desafío de ser competitivos tras dos meses sin compartir
el mismo lado de la cancha que parece, no sólo que hayan paralizado el tiempo,
sino que se hayan avanzado al normal paso de la experiencia necesaria para dar
otro salto de calidad. Que ‘Luismi’ haya seguido desviviéndose en el tapete
junto a otro compañero –y por lo tanto haya proseguido con su imparable
progresión-, es una de las claves que explican el éxito, pero algo ha cambiado
en el interior de ‘Toñín’ que clama por dejar atrás las lesiones. ‘’Hay que
olvidar las lesiones, creo que a partir de ahora las molestias cesarán. Soy
optimista’’, afirma un liberado Toni.
Una mejora temible
La imbatibilidad de los hermanos
en el campeonato se fundamenta en la consolidación de los cimientos que
sustentan la columna vertebral del juego de los extremeños: su defensa. ‘Luismi’
así lo reconoce y da las claves: ‘’Hemos mejorado la colocación y sabemos leer
mejor las bolas’’. El paso adelante hacia la red que cada vez dan los hermanos
en cancha a la hora de trabajar los puntos es también el paso adelante que los
calzadilleros han dado en la localización en pista y la lectura de las bolas.
Una vez que suben, Toni y Luis Miguel plantan una muralla en la que han taponado
cualquier vía de escape. La habilidad felina que han cogido los Rojas para
volear culquier pelota aunque sea plana y veloz unida a su cada vez mejor
encaje a la hora de entenderse ha hecho que el espacio que dejan a la espalda
cunado suben sea un terreno de acceso restringido.
Con la similar obstinación que
los Rojas niegan cualquier concesión en la red, se aplican para amansar la
fiereza de las bolas que vienen del otro lado de la pista con violencia. Los
extremeños han progresado de tal modo en el cálculo de las bolas, que este ‘feeling’
les permite ganar retos de velocidad a las pelotas cuando salen fuertemente
despedidas del vidrio cuando los rivales les confieren potencia para finiquitar
los puntos. La pareja ha decidido endurecer su talón de Aquiles para que ellos
tengan la última palabra cuando esas flechas tratan de hacer sangrar una
defensa que no puede contar con mejor salud.
A pesar de ellos los Rojas
trasladan su ambición fuera de la pista y se niegan a chocar con un techo que,
sobre todo para Luismi, aún está lejos: ‘’No creo que hayamos alcanzado nuestro
techo ni tan siquiera defensivamente. Se puede mejorar mucho más, incluso en
defensa, y aunque hayamos aprendido mucho estamos aún en fase de aprendizaje’’,
remarca el extremeño. El pequeño de los hermanos destaca que ‘’hay que mejorar
en todos los aspectos’’, aunque hay uno que tiene preferencia: ‘’La lectura de
la bola es vital’’, enfatiza. Por su parte, ‘Toñín’ mira también el aspecto
técnico aunque sólo de reojo. El de Calzadilla de los Barros ve en la edad una
barrera difícil de superar para seguir progresando y se refiere a la mentalidad
como punto que mejorar: ‘’Cuando se tiene una edad es difícil variar el juego.
Se puede mejorar el nivel de concentración y tener más fortaleza mental para no
tener tantos altibajos’’, explica.